27/5/14

Cinco cosas que odio del verano vasco

Se nota, se siente... ¡el verano vasco se acerca! Aunque, en realidad, nuestro verano no es más que una figura mitológica de nuestra cultura, como el basajaun y las lamias. En la actualidad, este fenómeno de un día de duración en nuestro calendario y conocido coloquialmente como 'Mordor', ha dado lugar a toda una variante del refranero popular con afirmaciones tan rotundas como: "El verano en Euskadi son los padres", "Me encanta el verano en Euskadi, es mi día favorito del año" y similares. Pero, antes o después, ese día de verano llega. Y no es un día cualquiera, no. Tiene su aquel. Os podría contar cosas que me gustan de nuestro particular verano pero hoy mejor os cuento cinco que NO ME GUSTAN nada. 


1. Las lluvias de verano. Que son como las del resto del año (eternas), pero joden más, porque, claro, se te mojan los pies. Y cuando estás a 31 de julio bajo un paraguas y te dicen que ese mes ha llovido 29 días... Te dan ganas de llorar. 


2. Su carácter bipolar. De los 30 (o más) sudorosos, húmedos, pegajosos, angustioso y asfixiantes grados pasamos al diluvio universal de siete días, eso si, sin que el ambiente cargado de bochorno digne a abandonarnos. Vamos, que de las sandalias saltamos a las 'katiuskas'. 


3. Qué fenomenal, atasco en la nacional. Cuando el cielo torna azul por un milisegundo los vascos y vascas (y turistos y turistas) nos echamos a la carretera para aprovechar el día. Donosti, Hondarribi, Pasaia, Zarautz... Atascos 'a tutiplén' en nuestra querida A-8 y demás carreteras secundarias. Total, que para un día que sale bueno nos torramos en el coche. 



4. ¡El verano va a llegar! (léase con voz de Fernando Arrabal) Y por fin llega ese día que estabas esperando: ¡el verano en Euskadi! 24 horas de paz, de sol, de descanso, de playa y de relax. ¿Idílico? ¡Ya te digo! Cuando por fin consigues superar las inclemencias temporales... llegas a la playa, te tumbas en la toalla y disfrutas de la suave brisa marina... ¡hasta que una galerna viene y te lo jode! El día de verano vasco te ha dejado echo una croqueta. 


5. El verano siempre te pilla trabajando. Pero sobre todo, lo que más rabia me da es que en el verano vasco, cada día -jajajajaja-, vivimos las dos estaciones que existen por estas latitudes: la de lluvias y la de secano. No falla: mientras estás trabajando ves al sol pegarse a la ventana de tu oficina pero en cuanto pones un pie en la calle notas ese cambio de viento que te hace intuir que... efectivamente, el día acabará lloviendo. Y tú en sandalias, claro. (véase punto 1). 


P.D. Desde aquí un llamamiento a quien, desde donde sea, dirige las estaciones. Majete, te has dejado activado OTOÑO desde el pasado mes de septiembre. Ya me dejaste sin invierno, por favor, esta broma se te está yendo de las manos. ¡Acuérdate de Euskadi!


Fotos sacadas de la página de Facebook "Me encanta el verano en Euskadi, es mi día favorito del año". 

20/5/14

Puente de Holtzarte

Hace un par de fin de semanas aprovechamos el buen tiempo para hacer una excursión que teníamos en mente desde hace tiempo. De hecho, el pasado verano ya lo intentamos pero el coche nos dejó tirados bajo la solana en medio de la nada en el País Vasco Francés. 

Conocimos éste sitio en el vídeo que Iñaki, un irundarra, realizó hace ya un par de años emulando el mítico Matt Harding. (¡Tienes que verlo!) Es sorprendente que después de casi tres horas de viaje en coche (¡y vaya puertos!) aún sigas en Euskal Herria. El puente de Holtzarte está en Larrau, un pueblo del lado francés. 

El viaje en coche se hace largo pero la caminata, afortunadamente, se hace corta. Especialmente para alguien como yo a quien no le gusta mucho andar y muchísimo menos hacerlo entre tanto verde e insectos varios. Pero merece la pena. El puente es algo más pequeño de lo que me esperaba, pero aún así impone mucho. Y a pesar de que la infraestructura está como nueva a más de uno le entran los mil males al atravesarlo y notar el balanceo... Y, si no tienes vértigo, mirar hacia abajo en esa inmensidad es espectacular. 

Puente de Holtzarte. HitzenMundua

Puente de Holtzarte. HitzenMundua

Puente de Holtzarte. HitzenMundua

Puente de Holtzarte. HitzenMundua

13/5/14

I'll be there for you...

Hace diez años que nos dijo adiós la mejor serie que ha existido jamás. Una serie que me hizo reír, crecer, disfrutar, identificarme... Friends es, de largo, mi serie favorita. Y una década después, a pesar de sus modelitos noventeros y de saberme los guiones casi de memoria, no hay quien le tosa. 

Friends es muchas cosas. Pero para mí, sobre todo, es una serie que simboliza la amistad. Sólo con los primeros acordes de I'll be there for you me vienen a la memoria miles de escenas hilarantes de la sit-come. Y miles de risas compartidas con una de mis mejores amigas, comentando las historietas de esta singular cuadrilla: Chandler de publicista becario, Phoebe y su 'Smelly Cat', Ross-Rachel y su famoso descanso, Joey cantando 'la mañana', los regresos al pasado de Monica... 

Diez años han pasado ya. Se dicen pronto pero caen como puñales que se clavan en el panegírico de mi veintena. Diez pedazo de años y aún recuerdo dónde y cómo vi aquel último capítulo, aquel viaje en el taxi de Phoebe al aeropuerto equivocado, aquellos instantes en los que Ross no sabía si Rachel había podido bajar del avión. Y bajó. Y la serie se despidió a lo grande y dejó un hueco que, aun imposible de llenar, han sido capaces de de mantener. Una serie única e inmortal.

Uno de tantos....

6/5/14

La crisis de los 30

Este año nos toca cambiar de número. Poco a poco todas vamos cayendo y el 2 de los dulces, locos, añorados, atrevidos, idealizados y, sobre todo, muy bien vividos veinte; da paso a un aterrador 3. No todas en la cuadrilla lo llevamos igual. Algunas dicen que les da igual. ¡JA! Porque sí, todos sabemos que la edad es un estado mental pero, reconozcamos que los 30 son difíciles de digerir. 

De hecho, según he podido leer por la red, la crisis de los 30 ¡está demostrada! Al parecer, un estudio realizado en Londres reveló que "los seres humanos experimentan una crisis en sus vidas que precisamente ocurre alrededor de la tercera década de vida". El articulo continúa explicando que lo que origina esta crisis son las expectativas de lo que uno quiso alcanzar frente a lo que realmente logró al llegar a esa edad, combinado con el estrés del trabajo, los conflicto de pareja, familia y amistades. Podéis leer más aquí

Lo cierto es que yo difiero un poco de esa argumentación. Me preocupan muy poco los estereotipos sociales de lo que tengo o no que tener/hacer a los 30 años (ya sabéis: pareja+trabajo+casa+boda+hijos+divorcio). Me da igual aquellos que piensen que aún no hemos madurado lo suficiente, lo cierto es que los pasos hacia adelante siempre me han dado mucho vértigo y estoy mucho más agusto moviéndome en un círculo sin fin. No es, pues, lo que se supone que tenía que ser de mí a los 30 y no es lo que me aterroriza si no lo que se supone que tenía que ser de mí a los 20 y no quiero dejar atrás por mucho que ya no los tenga. Vamos, que Peter Pan tiene un filón en mí.  

Creo que la clave para definir mi crisis (y la de alguna otra que se sentirá identificada conmigo), es una frase que he leído en uno de esos artículos que hablan sobre cómo asumir que cumples 30 tacazos. Antes de cumplir los 30, decía, debes tener una juventud que estés dispuesta a dejar atrás. Y yo, os aseguro, la tengo pero no la quiero dejar atrás. 

Al menos, al toparme con éste otro, he descubierto que voy preparada para esta nueva década. Ahorrar y nadar es lo que peor llevo, pero nunca es tarde... De todos modos, creo que tengo la clave para hacer más llevadera la crisis de los 30. Rodearme de mis amigas y no dejarnos arrastrar por un número en una tarta. Cada uno que viva la vida a su manera, ¡nosotras vamos a seguir disfrutando de la vida igual!

Y, aunque aún me quedan un par de meses para despedirme de los veinte, pronto descubriremos que ¡los 30 son los nuevos 20!

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