19/11/13

Momentos de película

Por culpa del cine soñamos con el príncipe azul, creemos en la justicia divina, añoramos el trabajo ideal, buscamos un verano de ensueño y esperamos una vida irreal en la que el trabajo, el esfuerzo, la valentía, la honestidad y la sinceridad son recompensadas. El celuloide tiene la culpa de muchas de nuestras decepciones. Tú te ves en tus 20 metros cuadrados, contando los céntimos para llegar a fin de mes, asqueado por ese compañero trepa del trabajo y lo más romántico que aspiras es lavar los platos juntos y, claro, sientes que estás desperdiciando tu vida. Y te imaginas cómo sería vivir la vida de la protagonista de la película que viste el día anterior. Aunque el cine, ya lo dije, no sea mi fuerte, confieso que me gustaría meterme en la piel de esas escenas recurrentes que no tienen cabida en mi vida real. Como por ejemplo...

¡Y yo con estos pelos!
Imagínate que has quedado y te vienen a buscar en un descapotable. El plan no puede ser mejor: un paseo en un coche espectacular, el sol alumbrando en un cielo asquerosamente azul y una carretera interminable. Y tú, para meterte en el papel, te recoges el pelo muy estilosamente con un precioso pañuelo. O te colocas un sombrero de paja; yo qué sé. Todo muy cool, sí. Pero entonces aparcáis en un restaurante, en un hotel, o donde Cristo perdió la sandalia; para continuar con el plan ideal. Y tú, ¡con esos pelos! ¡IMAGÍNATELO! Que levante la mano la que en la vida real pediría que cerraran la capota por aquello de los pelos... 
Thelma y Louise
Thelma y Louise. 
La lluvia es romántica
Qué típica escena peliculera esa en la que el chico o chica de turno espera a su enamorado debajo de su casa, le grita para que se asome y mientras diluvia ella o él sale corriendo a la calle para darle un beso eterno mientras les cae un aguacero que ríete tú del que le cayó a Noé. Lo más lógico es que le dijera: "¡Pero qué haces ahí, alma de cántaro! Sube ya mismo que te estás calando". Y antes de dejarle entrar le daría una toalla, le haría descalzarse y le haría pasar directo al baño a secarse. Que el amor tiene que ser romántico pero también práctico, oye. Aunque por una vez no estaría mal dejarse perder así en el Mundo aunque te estés calado hasta la ropa interior... (Si va a resultar que al final soy una romántica)
Desayuno con diamantes
Desayuno con diamantes.
¡A comer!
Esto sí que me supera. Que sí, que los actores tienen el vaso vacío, o lleno de agua o cualquier otra bebida sin gas y cafeína en vez de café o cocacola. Que el bollo sólo lo mordisquean un poquito y para la siguiente toma mordisquean otro trocito de un bollo nuevo. Pero a mí ¡me dan tanta hambre! Quiero comer sin medida como en las películas y en las series. Comida china, hamburguesas, pizzas, etc. Por un día quiero que me sirvan un desayuno de Hollywood, con esas mesas tan repletas de manjares, tomar tanta cafeína en take away sin preocupación y alimentarme el resto del día con comida basuras. ¡Eso sí, con sus cuerpazos!
Come, reza, ama
Come, reza, ama.

Seguro que hay muchas más escenas cinematograficas recurrentes que nos gustaría recrear. Yo tengo claro que si algo malo me va a pasar, quiero que el karma me avise con música de tensión. Así puedo prepararme, ¿verdad? ¿Qué momento querríais protagonizar vosotros?

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